El vino tiene efectos beneficiosos para el sistema cognitivo y cardiovascular

Los principales centros cerebrales encargados de esta integración sensorial son la corteza orbitofrontal medial y la circunvolución del cíngulo. Existen experimentos recientes realizados con resonancia magnética funcional, que analizan aspectos como las diferencias entre las áreas cerebrales que se activan en sumilleres y aficionados no profesionales, la influencia del color en la interpretación de olfato y gusto, o del precio del vino como factor determinante para que nos guste. «Parece indudable que si sabemos que un vino es caro, nos gustará más, lo que demuestra la modulación que el cerebro puede ejercer sobre los sentidos primarios».

En cuanto a las recomendaciones de consumo, los neurólogos que han participado en este encuentro han señalado que los efectos del alcohol siguen una curva en forma de ‘J’ dado que entre las 6 y las 14 copas de vino semanales es cuando el riesgo de mortalidad es más bajo. Dicho riesgo incrementa a medida que aumenta el consumo de alcohol.

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