Hace algún tiempo hablamos en el blog del té verde (podéis ver ese artículo pinchando aquí) y ahora le toca el turno a otra variedad de té: el rojo o Pu-Erh.
La planta de Pu-Erh se cultiva en los altos de Yunnan, una provincia de China donde este té es procesado de acuerdo a un antiguo y complejo método que ha ido perfeccionándose a lo largo de los siglos.
Respecto a las propiedades que se le atribuyen, científicos japoneses han llegado a la conclusión de que, muy probablemente, las cualidades especiales del té rojo se deban a los microorganismos que intervienen en su largo y especial proceso de fermentación. Para que estas propiedades surtan efecto deben tomarse al menos 3 tazas de esta bebida al día y algunas de estas cualidades son:
- Contribuye a reducir los niveles de colesterol total y de triglicéridos en sangre y a aumentar los niveles del llamado buen colesterol (HDL).
- Incrementa la presión sanguínea.
- Mejora la digestión ya que aumenta la producción de ácido gástrico, y favorece el metabolismo hepático, órgano que también ayuda a la digestión a través de la producción de sales biliares.
Como todo en esta vida (o casi todo), el té rojo también tiene efectos menos deseables; entre ellos podemos mencionar que al contener cafeína, si tomamos mucho nos hará el mismo efecto que el café, aunque debemos puntualizar que no tan intensamente debido a una cuestión muy sencilla: en una taza de agua usamos menos té que café para preparar nuestra bebida. Otros efectos secundarios más a tener en cuenta a la hora de consumir esta infusión en grandes cantidades es que interactúa con los siguientes alimentos y nutrientes:
- Zumo de pomelo: incrementa los niveles de cafeína y el riesgo a efectos adversos.
- Leche: puede inutilizar los antioxidantes reduciendo sus efectos beneficiosos.
- Hierro: reduce la absorción del hierro no hemo procedente de los alimentos (huevo y vegetales)