Las excelencias del humus en la cocina vegetariana tradicional
El humus es un alimento de raíces ancestrales (se describe su consumo hace 7000 años) entre cuyos principales ingredientes sobresalen garbanzos, puré de sésamo, aceite de oliva y ajo. Dado que las legumbres son un puntal básico en la dieta mediterránea por sus equilibradas propiedades nutricionales, el hecho de constituir la base del humus hace de este una fórmula ideal para los vegetarianos, al carecer de grasas animales y contener una aceptable cantidad de proteínas provenientes del garbanzo.
Su combinación con cereales integrales consigue una fórmula alimenticia completa en cuanto a las necesidades de proteínas, energía y minerales para este grupo de personas.
El humus es representativo de la zona mediterránea meridional y su consumo es especialmente valorado en la alimentación de deportistas por ser una excelente fuente de proteínas de elevado valor biológico, al margen de su notable aporte de minerales y vitaminas, con mención especial para vitaminas del grupo B, fósforo, manganeso y molibdeno, este último un potente desintoxicador en relación con el azufre.
Tampoco son despreciables sus niveles de carbohidratos asimilables y ácidos grasos esenciales como linoleico y oleico, especialmente necesarios en la síntesis de hormonas. Fácilmente digestible, resulta muy asequible para aquellas personas a quienes la textura de las legumbres les retrae de su consumo, y su comercialización va generalizándose en tiendas especializadas y centros comerciales.
Admite diversas recetas para su preparación, pero básicamente pasan por escurrir al máximo el agua de los garbanzos tras su remojo, mezclarlos con dientes de ajo previamente pelados y picados, y batir ambos ingredientes mezclados para lograr una crema homogénea que es vertida en un recipiente donde se añaden tres cucharaditas de aceite de oliva, el jugo de un limón, sal y pimienta; una cobertura de puré de sésamo en polvo y aceite de oliva da por completada la receta.
