Los menús escolarés no son equilibrados

La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha denunciado que los niños que comen a diario en el colegio no reciben el aporte necesario de vitaminas, proteínas y grasas, y han señalado a su vez que la mayoría de los menús de los comedores escolares se caracterizan por contener mucha carne, muy poca fruta, y verduras, así como «una cantidad de pescado totalmente insuficiente«.

La secretaria general de AEP, la doctora Isabel Polanco Allúe, destacó además la mala estructuración de las comidas y señaló que «la media de ingestión de fruta es de 3,4 veces semanales, la de verduras es de poco más de dos veces semanales –sumando las veces que aparece como primer plato y las que se utiliza como guarnición–, las legumbres se consumen 1,4 veces a la semana y el pescado en 1,3 ocasiones».

En este sentido, añadió que en su lugar, el consumo de carne se considera elevado, por lo que los menús presentan un exceso de grasa y de proteínas, frente a una cantidad insuficiente de carbohidratos.

Por otro lado, los pediatras consideran imprescindible que los centros educativos ofrezcan dietas especiales a aquellos niños que las necesiten por causas médicas. «Leer un libro de dietética o copiar un menú no garantiza la correcta preparación y, por lo tanto, un seguimiento adecuado de la dieta o la ausencia de peligro», destacó la doctora Polanco.

Además, la experta matizó que el comedor escolar «no debe ser un restaurante dedicado a repartir comida, sino un instrumento de educación sanitaria«, ya que así se pueden modificar los hábitos alimentarios de la población.

Según recomiendan, una dieta equilibrada en la infancia debe distribuirse a lo largo del día en 4 ó 5 comidas: el desayuno, que ha de contener el 25 por ciento del aporte calórico; la de media mañana o almuerzo, que debe incluir el 30 por ciento; la merienda, entre el 15 y el 20 por ciento, y la cena, entre un 25 y 30 por ciento.

Por su parte, el presidente de la AEP, el profesor Alfonso Delgado, señaló que «la comida en familia, sobre todo en el medio urbano, prácticamente ha desaparecido o se limita a los fines de semana«. «Los platos tradicionales se han sustituido por alimentos más prácticos y sencillos, generalmente a base de carbohidratos más simples, proteínas animales y exceso de grasas», añadió.

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