Niña aburrida en banco con snacks.

Obesidad infantil: síntomas, causas y tratamiento

prevención de la obesidad infantilLa obesidad infantil está cada vez más a la orden del día y entraña numerosos problemas para nuestro pequeño por eso es necesario prevenirla y tratarla a tiempo. Como sabes, la obesidad consiste en tener demasiada grasa corporal y para determinarla, aparte de la simple observación de la apariencia física, deberá llevarse a cabo un examen físico.

El médico le preguntará a tu pequeño cosas relacionadas con su historia clínica, sus hábitos alimentarios y su rutina de ejercicio, así como análisis de sangre con el fin de descartar problemas tiroideos o endocrinos. Se recomienda someter a los niños a estos exámenes cuando tengan 6 años.

Este fenómeno puede deberse a varias causas. La causa más evidente es ingerir más alimento del que necesitan para su crecimiento y actividad. Esto hace que las calorías se vayan acumulando y que acaben presentando obesidad. Ten en cuenta que a día de hoy los niños tienen a su disposición una gran variedad de alimentos ricos en grasas y azúcares muy atractivos, lo que los lleva a comer más de lo que necesitan, simplemente por golosear.


Otro factor importante es la baja actividad, ya que últimamente pasan más tiempo frente a las pantallas, acostumbrándose a una vida sedentaria, que jugando en la calle y quemando la energía que les corresponde para su edad, sin darse cuenta de las consecuencias que esto les puede acarrear.

Claro que no en todos los casos se debe a malos hábitos, ya que en más de una ocasión esta obesidad se debe a un factor genético, a afecciones médicas o incluso a trastornos emocionales, así como a trastornos hormonales, baja actividad tiroidea o a la ingesta de determinados tratamientos médicos.

¿Tu hijo tiene obesidad y no sabes como ponerle fin? Lo primero que tienes que hacer es consultar con el médico sobre las causas para poder saber qué ruta seguir para terminar de una vez por todas con la obesidad de tu pequeño. Es probable que te proponga un plan de actuación en el que toda la familia y los amigos debéis colaborar para llevarlo a cabo, ya que estos planes implican un cambio de hábitos en el estilo de vida.

Lo primero a cambiar es la dieta de tu hijo, asegúrate de que sigue una dieta saludable y controla la cantidad de comida que ingiere, siempre con la supervisión de un nutricionista. A continuación, insiste en la actividad física. Se recomiendan unos 60 minutos como mínimo de actividad moderada cada día. No hace falta que lo pongas a hacer gimnasia de forma severa, sino que es incluso mejor que lo animes a jugar corriendo, andar en bicicleta o practicar cualquier deporte que le guste en su tiempo libre.

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