Adelgazar en pareja

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Adelgazar en pareja puede ser una buena idea para bajar peso, ya que al comprometerte con otra persona resulta más díficil que te eches atrás, y además, no tendrás que ver a una persona tomando cinco platos de pasta mientras tú tomas una microensalada (¡fuera tentaciones!).

Ya se sabe que la felicidad causa un ligero sobrepeso. Es probable que desde que te has ido a vivir con tu novio ambos hayáis subido algunos kilitos. Pero es posible acabar con eso, y es mucho más fácil si los dos deseáis hacerlo.

¿Quieres saber cómo?

1. Acostumbraros a nuevos (y sanos) hábitos de alimentación.

Cuando nos vamos a vivir con otra persona, tendemos a adaptarnos a su sistema de alimentación. ¿En qué se traduce esto? En que tú empiezas a comer más grasas e hidratos de carbono (aunque hagas menos deporte que él) y él comienza a tomar postres chocolateados.

Hay que acabar con eso. Estableced un sistema de alimentación sano, aprendiendo de la otra persona los hábitos buenos y no los malos. Si encontráis una dieta posible para ambos os será más fácil seguirla (qué pereza poneros a cocinar dos platos diferentes…).

2. Sé consciente de vuestras diferencias

A pesar de lo dicho en el punto anterior, debes tener presente que las necesidades energéticas de hombres y mujeres no son las mismas. Una mujer necesita unas 1800 calorías diarias de media, mientras que un hombre 2200. Podéis cocinar para los dos, pero -lo siento- tus raciones serán más pequeñas. Para no tener tentaciones de repetir, trata de comer despacio, de forma que cuando acabes con tu plato no tengas que verle a él seguir saboreando sus alimentos.

3.  Utilizad incentivos

Además de comprometeros (de corazón) a adelgazar juntos, es bueno que utilicéis algun refuerzo que os motive a seguir adelante esos días en los que lo que más os apetece es una hamburguesa.

Podéis establecer algún premio si los dos conseguís vuestros objetivos (¡que no sea una cena! :P). Podéis iros de finde o dar un paseo en globo…

Si uno de los dos incumple las reglas tendrá que realizar alguna prueba. Tiene que ser algo que suponga algún esfuerzo para que realmente desmotive ante las tentaciones.

4.  Ejerced un control mutuo

Cada uno sabe cuales son sus debilidades, confiésaselas a tu pareja para que controle que esos productos no entran en casa, o si lo hacen, que sea en un armario del que sólo él tiene la llave. (Y vicerversa).

¡Y nada de pactar un intercambio de llaves!

5. Juntos en el supermercado y en la cocina

Si vais juntos al supermercado podréis decidir juntos qué comprar (y autorestringiros). Intentar ir a una hora en la que no tengáis hambre.

En cuanto a cocinar… elegid juntos el menú semanal de forma que se ajuste (dentro de las posibilidades) a vuestros gustos, pero que esté compuesto por platos dietéticos. Si es posible, cocinad juntos, hacer nuevas actividades  hará que ponerse a dieta sea más llevadero.

6. Emininad hábitos nocivos

Nada de comilonas. Podéis ir a cenar a un resturante, pero controlando lo que coméis -y de hecho si sois muy aficcionados a cenar fuera, tratad de limitar el número de salidas-. ¡Por supuesto, nada de beber alcohol -barriga cervecera fuera-!

Apagad el televisor a la hora de comer, comeréis más relajados y siendo más conscientes de las cantidades.

7.  Haced deporte

El ejercicio físico es ideal para bajar peso, tratad de encontrar tiempo durante la semana para ir al gimnasio (juntos o por separado). Por supuesto, haced el amor constantemente, que quema calorías y no da nada de pereza ;)

Los fines de semana, organizad actividades para acabar con el sedentarismo. Podéis ir a montar en bici, hacer montañismo o ir a bailar. Os lo pasaréis bien y perderéis peso.

8. Misma dieta, diferentes resultados

Si ves que tu chico está perdiendo su curvita de la felicidad más rápido que la tuya, no te desmotives -ni te celes-. Cada persona tiene su ritmo, y además, la grasa supone el 20% de nuestro peso, y sólo el 12% del de los hombres. ¡Puede que lo tenga más fácil!

Lo importante es que no abandones, y aunque él haya cumplido su objetivo, sigáis con los hábitos saludables que habéis impuesto. No sólo es cuestión de adelgazar, sino también de estar sanos.

¿Estáis preparados?

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