Descubre cuánto engorda realmente el alcohol
Estimula el apetito, tiene muchas calorías vacías y dificulta la asimilación de la grasa. Es lógico preguntarse por qué en la interminable colección de dietas para perder peso, un elemento que sin excepción se considera que no adelgaza precisamente es el alcohol. Las bebidas alcohólicas apuntan tradicionalmente a ser un enemigo de nuestra figura por su importante cantidad de calorías.
Al parecer, se llevan la palma los licores dulces, el whisky y el ron, que casualmente son los que mayor porcentaje alcohólico contienen, mientras que a la cerveza o el vino se les considera menos perjudiciales en este aspecto.
El alto nivel de calorías del alcohol hace que, tras su ingestión, se haga necesario ponerse a quemarlas a base de ejercicio físico, ya que dejar transcurrir unas horas tendrá como consecuencia que esas calorías queden depositadas en forma de grasa.
Dicho esto, se entiende que el hecho de que el hábito corriente de tomar alcohol recaiga mayoritariamente en las horas nocturnas, en las cuales predomina el reposo, incremente su potencial de engordar. Pero ¿cómo actúa el alcohol en el organismo, por qué su consumo no adelgaza? Puede decirse que perjudica la oxidación de las grasas y los azúcares, forzando su almacenamiento. A su vez, provoca la inutilización de una enzima, la lipasa, responsable de la fractura de las moléculas de grasa en fragmentos más pequeños mejor asimilables.
En términos generales, un gramo de alcohol aporta 7 calorías a la par que no proporciona nutriente alguno, a lo que debe añadírsele el efecto indirecto de ser estimulante del apetito, lo que evidentemente refuerza la teoría de que el alcohol no adelgaza.
Puestos a reflejar toda la información existente en el mundo de la nutrición respecto del alcohol, es obligado hacer referencia a esa nueva corriente científica que pretende desmontar la clásica teoría de que todas las calorías son iguales y de que alimentos y bebidas con igual contenido calórico engordan igual. Al parecer, determinados estudios han obtenido la conclusión de que el organismo no es capaz de asimilar toda la energía contenida en el alcohol, por lo que no habría relación directa entre ingestión de esas calorías y aumento de peso. Estos mismos estudios sí que atribuyen a la cerveza, en concreto, un efecto de engorde, explicándolo por la presencia de la malta, un hidrato de carbono que produce un tercio de las calorías de la cerveza y que por si sola hace engordar.
Mientras tanto, seremos prudentes y seguiremos velando por nuestra silueta consumiendo alcohol en cantidades lo más ligeras posibles.