
En el mundo existen millones de personas que tienen alergias a los alimentos, incluso a los que consideramos como los más normales. Además de hacerse una prueba de alergia a los alimentos, es muy importante fijarse bien en el etiquetado de los productos, más que su fecha de caducidad sino para conocer todos los componentes de cada alimento que compramos.
Además de preocuparnos por conocer estos componentes, las empresas también deben etiquetar correctamente los productos dado que actualmente existen bastantes lagunas y ante la ausencia de información, las personas afectadas por las alergias alimentarias pueden tener un problema.
Con las nuevas normas de etiquetado, debe aparecer al menos uno de los ocho alérgenos en los ingredientes en caso de que sea alguno de los que vamos a enumerar:
- Leche (Productos lácteos, dulces, postres, batidos, cremas, margarina, algunas salchichas, etc.)
- Huevo (Arroz frito, pastas, helado, pastelería, etc.)
- Soja (Aceite, pan, salsas, cocina asiática, etc.)
- Trigo (Pan, cereales de desayuno, pasteles, etc.)
- Mariscos (Sopas, derivados de marisco, croquetas, salsas, etc.)
- Nueces (Fruto seco, aceite, decoración para repostería, etc.)
- Cacahuetes (Fruto seco, aceite, mantequilla de cacahuete, relleno de pastelería, rebozados, etc.)
- Pescado (Sopas, salsas, derivados de pescado, etc.)
A medida que los alérgenos se hacen más comunes, la normativa debe ir cambiando y el etiquetado debe ser mucho más complejo porque hay alergias que pueden convertirse en una complicación de salud, como por ejemplo alguien que sea alérgico al marisco, donde en algunos casos puede producir más que una reacción cutánea sino que puede provocar reacciones bastante peligrosas, razón por la que es indispensable que la industria de la alimentación tome cartas en el asunto.
Para finalizar, es importante que si se sospecha de la existencia de alguna clase de alergia, se debe consultar con un profesional para realizar una prueba de alérgenos y conocer exactamente si se tiene o no y a que se tiene alergia.