Pros y contras de las dietas proteinadas
Lo primero que tienes que saber es que estas dietas consisten en alimentarse a base de proteínas, en lugar de hidratos de carbono y grasas. Estas dietas tienen diferentes fases y en cada una de ellas se van consumiendo unos productos u otros. ¿Cómo funcionan? Pues básicamente el cuerpo utiliza esas proteínas para generar energía y quema más calorías al alimentarse solo de proteínas que si lo hiciese con grasas o carbohidratos.
Hoy en día hay miles de métodos para adelgazar. Unos mejores y otros peores. Unos funcionan otros simplemente nos hacen perder el tiempo. Unos son más sanos y otros realmente perjudiciales para nuestra salud. Entre todas estas dietas podemos encontrar las dietas proteinadas, que se han puesto muy de moda en los últimos años. ¿Quieres conocerlas a fondo? ¡Sigue leyendo!
¿Qué tienen de bueno estas dietas? Pues, la primera ventaja, que si en algún momento te animas a probarlas la verás en seguida, es que te hacen perder peso de forma muy rápida, por lo que llegar al peso que tengas como objetivo no te llevará mucho tiempo. Por otra parte, también son buenas para acabar con la celulitis y para terminar con los cúmulos de líquidos y grasas. Además, al seguir una dieta de este tipo tendrás la sensación de saciedad, por lo que no te costará tanto.
Vayamos al otro lado, ¿qué tienen de malo? Pues obviamente, los seres humanos somos omnívoros, necesitamos alimentarnos de más cosas que solo proteínas. Por ello, esa carencia de otros nutrientes necesarios nos acarreará problemas de salud, como: problemas gastrointestinales, mareos, sequedad en la piel, ansiedad, cansancio, náuseas, aumento del colesterol malo, los triglicéridos y el ácido úrico, estreñimiento, mal aliento… llegando incluso a extremos más graves, como es la gota o las enfermedades cardiovasculares. Y por si fuera poco, al volver a tu alimentación normal corres el riesgo de sufrir un efecto rebote y ganar aún más peso del que perdiste.
¿Qué dietas hiperproteicas son las más conocidas? Hay muchas. Ejemplos de este tipo de dietas son Lignaform, Ysonut o PronoKal, cada una con sus peculiaridades. Por ejemplo, en esta última combinas la alimentación con sobres y batidos a base de proteínas. Por supuesto, antes de someterte a este tipo de dietas valora bien los pros y los contras y si te vale la pena o no arriesgarte.
¿Y tú? ¿Has probado alguna vez este tipo de dietas? ¡Cuéntanos tu experiencia!