Todo lo que necesitas saber de los alimentos transgénicos
Los alimentos transgénicos son aquellos cuyo ADN ha sido alterado genéticamente, insertándoles de forma artificial genes pertenecientes a otra planta o especie. El objeto de esta modificación es añadir al alimento manipulado una cualidad de la que inicialmente carece.
Entre las ventajas de los alimentos transgénicos hay que destacar que los mismos son más resistentes a la climatología adversa, resistiendo sequías, inundaciones y cambios climatológicos. Como consecuencia de ello, necesitan menos recursos ambientales como puede ser el agua de riego y los fertilizantes.
Entre sus inconvenientes cabe destacar que los alimentos transgénicos, al haber sido modificados genéticamente, pueden presentar cambios completamente imprevisibles, de insospechadas consecuencias, y efectos nocivos para los consumidores.
Otra de las ventajas es la obtención de alimentos más nutritivos, de mayor tamaño y dotados de un color más atractivo y un sabor más apetitoso.
Los alimentos transgénicos tardan más tiempo en degenerarse, crecen con mayor rapidez y requieren menor coste de producción. Ello los convierten en la opción más eficaz para afrontar el hambre en el mundo.
Sin embargo, son muchas las desventajas de este tipo de alimentos, como la contaminación genética que pueden producir a los cultivos naturales, con el riesgo de la extinción de los cultivos originarios.
Los cultivos transgénicos pueden producir también mayor contaminación química, al requerir el uso de pesticidas cada vez más potentes, lo que repercute en un impacto medioambiental de imprevisibles consecuencias.
Desde su aparición los alimentos transgénicos han sido motivo de encendidas polémicas y controversias entre sus partidarios y detractores. Hasta la fecha, los alimentos transgénicos se consideran seguros para la salud del consumidor, y se someten siempre a rigurosos procesos de control antes de su comercialización. Para mayor seguridad, lo más recomendable es efectuar evaluaciones profundas de cada alimento transgénico y sobre todo, exigir un etiquetado preciso y concreto de cada artículo, con objeto de informar al consumidor de la composición exacta de los productos que está adquiriendo.
