La Agencia británica de Estándares en Alimentación (FSA) pedirá a los fabricantes de alimentos que retiren varios aditivos que, según los últimos estudios, provocan trastornos en el comportamiento infantil, informó ayer el diario “The Independent”.
A petición de la FSA, la Universidad de Southampton realizó un estudio que demuestra que siete de los aditivos más comunes en los productos alimenticios, entre ellos la tartrazina y el amarillo crepúsculo, perjudican la inteligencia y el comportamiento de los niños.
A la luz de este informe, el regulador pedirá a los fabricantes que retiren de sus productos seis de estos aditivos para finales del año próximo, y los sustituyan por alternativas naturales siempre que sea posible.
Algunas empresas que producen golosinas ya han accedido a retirar los colorantes, que, entre otras cosas, pueden causar hiperactividad y mal comportamiento en los pequeños.
Sin embargo, varias organizaciones han criticado que la medida sea de cumplimiento voluntario, en lugar de prohibirse los componentes.