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Los lácteos ayudan a quemar grasa y no engordar

mantener el peso saludable y los lacteos

Sin lugar a dudas los lácteos son un alimento importante en la dieta por los diversos nutrientes que aporta pero ahora gracias a estudios nuevos también se sabe que el consumo de leche, queso o yogures, es decir, los productos lácteos ayudan amantenernos en nuestro peso, quemar más grasas e ingerir más calorías sin engordar.

Si piensas que los lácteos engordan estás equivocado, desde luego no se trata de hincharse a productos lácteos ricos en grasa como la leche entera o quesos muy grasos, sino de llevar una dieta equilibrada yque incluya unas raciones diarias de los lácteos más saludables, como la leche semidesnatada, queso fresco, requeson, o yogures desnatados, es decir los que no presentan un exceso de grasa.

El estudio, realizado con fondos del Consejo Nacional Lácteo de Estados Unidos, no demostró que el consumo de las tres porciones diarias de lácteos recomendadas ayudara a no recuperar el peso perdido, pero sí reveló que se podían consumir más calorías sin engordar.

Poder consumir más calorías haría que las personas cumplan más fácilmente una dieta de mantenimiento, sugirió el equipo dirigido por el doctor Michael B. Zemel, de la University of Tennessee, en Knoxville.

Estudios previos demostraron en ratas sobrealimentadas que las dietas ricas en calcio reducen el riesgo de recuperar el peso perdido y disminuyen la acumulación de grasa, a la vez que ayudan a quemar grasas y bajar de peso durante un período de dieta restringida.

Algunos estudios sobre seres humanos demostraron también que el calcio promueve la pérdida de grasa, quizás al imposibilitarle al organismo retener las células grasas.

No obstante, ningún estudio sobre seres humanos había analizado si el calcio y los lácteos ayudan a mantener el peso. Para investigarlo, el equipo le redujo la cantidad de calorías ingeridas por 338 hombres y mujeres obesos durante tres meses.

Los participantes que lograron adelgazar el 10% de su peso o 10 kilos pasaban luego al azar a comer menos de una porción diaria de lácteos o más de tres porciones diarias durante los siguientes seis meses.

En esa etapa de mantenimiento, el peso y la composición corporal eran similares en ambos grupos.

Pero los participantes con alto consumo lácteo comían un 9% menos de calorías que al inicio del estudio, a diferencia del 22% menos de calorías que consumía el grupo con baja ingesta de productos lácteos.

«Eso sugiere que las dietas con niveles diarios recomendados de alimentos lácteos tendrían más contenido energético (calorías) con los mismos efectos sobre el peso y la grasa corporal que las dietas reducidas en lácteos», escribieron los investigadores.

El grupo que consumió la cantidad de lácteos recomendada tuvo también una reducción en sangre de los niveles de calcitriol, la forma activa de la vitamina D, que inhibe la división y la oxidación de las células grasas.

Los autores concluyeron que las personas que no quieren recuperar el peso perdido pueden agregar productos lácteos a su alimentación sin riesgo de engordar.

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