Soja: una legumbre de calidad
Recuerdo cuando nadie sabía lo que era la soja….
En realidad no hace tanto de eso. Aunque parezca que la llevamos tomando toda la vida (debido sobre todo a que ahora está presente como suplemento añadido en una gran variedad de alimentos), la soja es un alimento de reciente incorporación en nuestra dieta.
Sin embargo, en Oriente llevan siglos tomándola y recientes estudios han demostrado que tiene un gran número de efectos beneficiosos para nuestro organismo; entre otras ventajas, el consumo de isoflavonas, que están presentes en la soja, se relaciona con un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y osteoporosis; la elevada cantidad de fibra que posee ayuda a regular el tránsito intestinal y además, un consumo regular de esta legumbre tiene efectos beneficiosos sobre los síntomas propios de la menopausia.
La soja se presenta para su consumo de diversas maneras:
- Como legumbre seca, que se puede cocinar de la misma forma que cualquier otra.
- En su variedad germinada (los conocidos brotes de soja) que se pueden añadir tanto a platos cocinados como a ensaladas.
- Y finalmente en un sinfín de derivados, como por ejemplo leche de soja, tofu, harina… y un largo etc.
Por lo que respecta a su composición nutricional debemos destacar su aporte de proteínas, ya que a mismo peso, tiene incluso más que un filete de ternera, con 35.9 gr. de proteína por cada 100 de soja, frente a los 20 que tiene la ternera en la misma cantidad.
La soja también es rica en grasa (18.6%), aunque debemos destacar que es del tipo poliinsaturado (la que no perjudica a las personas con el colesterol alto) y además contiene ácidos grasos Omega-3 y Omega-6 que, tal y como nos recuerda siempre la publicidad, son muy beneficiosos para nuestra salud.
Para acabar mencionar que su aporte de calcio, hierro, magnesio, potasio y fósforo es mayor que el de otras legumbres y además tiene una cantidad destacable de vitamina E y de diversas vitaminas del grupo B, especialmente B9, que es el conocido ácido fólico.