Después de los excesos, apuesta por los buenos hábitos alimentarios

Después de Navidad el objetivo no sólo debe ser bajar los kilos extra que has cogido, sino eliminar las toxinas y el malestar que tu cuerpo arrastra. Y, sobre todo, aprovechar este momento para empezar el año cambiando de una vez tu vida alimenticia.

El día después de la última celebración tu estómago debe empezar a respirar. Dale poco, ligero y suave, y bebe muchos líquidos.

Es el momento perfecto para comenzar a llevar unos buenos hábitos de alimentación:

  • No sigas cualquier dieta: De ahora en adelante evita las “dietas milagro” y huye de las que te prometen perder diez kilos en un mes o tres kilos en dos días. Los perderás, pero tus hábitos seguirán siendo malos, y los volverás a recuperar.

Tu plan dietético debe permitirte comer de forma sana y equilibrada, con todos los nutrientes necesarios y sin pasar hambre ni sufrimientos.

  • Acude a un profesional: Si tienes exceso de peso, debes hacer una dieta personalizada elaborada por un nutricionista, un dietista o un endocrino, que debe incluir pautas de alimentación que puedan repetirse durante largo tiempo sin agobios ni angustia.

Una dieta seria no debe plantear objetivos excesivamente amplios: un plan dietético correcto es el que permite perder peso de forma suave pero continuada durante seis a diez semanas sin renunciar a ningún alimento fundamental.

  • Come cinco veces al día: Evita las dietas disociadas, no son saludables. Tu dieta debe contener un buen desayuno, una comida correcta y una cena ligera, más un tentempié matinal y una merienda suave.

Contra lo que se cree, repartir los alimentos en cinco comidas diarias es mejor que saltarse comida y cena. Cuando no se come, el metabolismo basal se inhibe y quema pocas calorías, con lo que se consigue el efecto contrario: en vez de adelgazar, uno se estanca o incluso engorda.

  • Hazte fan de la Dieta mediterránea: La dieta idónea debe contener alimentos naturales y poco sofisticados, cocinados sin grasas animales.

No es casual el éxito de la dieta mediterránea: legumbres, arroz y pasta, vegetales y hortalizas, aceite de oliva, mucho pescado, poquísima carne, y abundante fruta.

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