Dieta para los recién operados de la vesícula
En algunas situaciones, en la vesícula se forman los denominados cálculos biliares que son precipitados de colesterol y calcio, en forma de pequeñas piedras, que producen un dolor de gran intensidad y hacen necesaria la extirpación de la vesícula.
Los recién operados de vesícula se encuentran en una situación de adaptación de su organismo a la falta de bilis almacenada, actuando el hígado como única fuente de aportación de bilis en el momento de la digestión de la grasa.
Aunque, poco a poco, el cuerpo se va adaptando a funcionar sin la vesícula, muchos médicos recomiendan el seguimiento de una dieta durante las dos o tres primeras semanas posteriores a la operación. En esencia, se trata de limitar la ingesta de alimentos ricos en grasa para que el hígado no se vea obligado a producir bilis a un ritmo forzado.
La dieta estaría basada en una alimentación con predomino de líquidos, verduras, carnes magras a la plancha, pescados a la plancha y algunas frutas, como la manzana. Habría una serie de alimentos prohibidos, como las grasas, embutidos, frutos secos, salsas, frituras y alcohol.
Esta dieta se iría abandonando paulatinamente, de forma que a los tres meses de realizada la operación, el paciente ya podría seguir una alimentación normal, aunque siempre teniendo precaución con los excesos de grasa y con el alcohol.
El seguimiento de esta alimentación produce grandes beneficios que favorecen la adaptación del organismo a la nueva situación e influye en la toma de conciencia de la necesidad de llevar una alimentación saludable.