Alimentación infantil: guía para prevenir la obesidad en tus nietos

Como ya te comenté recientemente, los niños cuidados por sus abuelos tienen un mayor riesgo de sufrir sobrepeso.  Para que no se pueda alegar ignorancia, te propongo una breve guía con los hábitos de vida más saludables para los pequeños.  Si eres abuelo te interesa, y si eres padre… también.

1. Nutrición

Dar de comer a un niño no siempre es fácil, especialmente cuando empiezan con «no me gusta esto» y «esto tampoco», pero hay que armarse de paciencia y no claudicar. Es decir, no hay que obligar al niño a comer algo que le repugna, pero desde luego, tampoco hay que cocinar siempre las seis cosas que sabemos que prefiere para tenerlo contento. ¿Tu abuela te cocinaba siempre tus platos favoritos? Si tu nieto come en tu casa casi todos los días, tú no puedes permitirtelo.

El niño debe hacer cinco comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.

• En el desayuno lo ideal es tomar alguna pieza de fruta (un zumo de naranja, por ejemplo), leche con cereales y una tostada.

• A media mañana puedes meterle en la bolsa del cole una pieza de fruta y un quesito.

• A mediodía, pescado o carne acompañado de verduras, pasta o arroz. De postre, un yogur.

• A media tarde un bocadillo está bien, pero no de nocilla. Además, otra pieza de fruta.

• A la cena, lo mejor es tomar huevos y verduras.

De vez en cuando se le puede ofrecer algo de bollería industrial o golosinas, pero debe ser muy excepcional. No debemos acostumbrarle a tomar ese tipo de cosas todos los días, pues además de engordar, no aportan nada a su nutrición. Evita especialmente la tentación de picoteo entre horas. Si te dice que tiene hambre, ofrécele alguna pieza de fruta.

Si el niño está sano, tampoco pasa nada porque de vez en cuando tome una bolsa de chucherías, piensa que si lo ve como algo prohibido, puede obsesionarse mucho más con el tema. Aunque no es tarea fácil, el objetivo es que se acostumbre a la dieta equilibrada y no la cuestione.

2. Deporte

Los niños deben realizar actividades físicas. Ahora, cada vez tienen que pasarse más tiempo en casa y ellos necesitan bullir. Ya no sólo para su salud física, sino también para la mental, resulta muy beneficioso que se muevan.

Durante el curso escolar, es bueno que vayan a actividades extraescolares de caracter físico: gimnasia, fútbol, patinaje, etc. Cuando haga buen tiempo, llévalos al parque. Y si es invierno, llueve y no podéis hacer otra cosa que quedaros en casa, puedes poner música y bailar con ellos. Será divertido, estarán tan tranquilos como viendo la tele y además se moveran. ¡Un acierto!

3. Hábitos de vida

Si es posible, procura adaptar su horario a la comida familiar. Aunque a veces (especialmente cuando son pequeños) nos sentimos tentados a darles de comer antes para que no nos estropeen nuestra comida con sus «no me gusta», se ha demostrado que los niños que comen en familia engordan menos.  Comer juntos crea un ambiente agradable y ademas los mayores podéis servir de buen ejemplo al niño (así que nada de apartar los guisantes de la ensaladilla, que después a ver quien te cree cuando digas eso de que no se deja nada en el plato). ¡Y olvídate de comer con la tele puesta!

La tele, ay, la tele parece irresistible. Uno enchufa ahí a un niño y llega la calma… Es una tentación muy grande, lo sé, pero has de ser fuerte.  Puedes dejar al niño viendo la tele una horita mientras arreglas la cocina, pero no puede ver la tele durante toda la tarde. Tiene que jugar, hacer los deberes (si ya tiene) o salir a pasear, pero ver la tele… ¡no! El sedentarismo es muy perjudicial para la salud de un niño; limita sus horas frente a la tele o el ordenador, y déjale claro cuánto tiempo va a estar delante de la pantalla desde el principio (y cúmplelo, claro).

Espero que esta guía te sirva de ayuda para recordar los hábitos a los que debes acostumbrar a tus nietos. Es agotador, no te lo voy a negar, pero el esfuerzo vale la pena.