¿La lechuga provoca gases? Contraindicaciones
La lechuga es un alimento consumido en todo el mundo, sobre todo en ensaladas, lo que no todo el mundo sabe es que produce gases. Es consumida en ensaladas por personas a las que les gusta cuidarse y también por aquellas que quieren perder peso, pero a pesar de todos sus beneficios, si consumimos demasiadas puede afectar al estómago y hasta al colon.
Aunque no está relacionada con la flatulencia como puede suceder con muchos otros alimentos, la lechuga tiene esta propiedad, pero no ocurre con todo el mundo sino que esto solamente sucede con las personas que tienen el sistema digestivo delicado, lo que puede hacer que al interactuar con las bacterias que pueblan el colon se produzcan las flatulencias.
¿Realmente es buena la lechuga en la dieta?
El tronco de las lechugas cuenta con una sustancia tranquilizante llamada lactucarium que ayuda a reducir notablemente la velocidad del metabolismo de nuestro cuerpo, siendo mayor aún si la lechuga está cocida, aunque normalmente no suele consumirse de esta manera.
La reducción del metabolismo puede desencadenar en el organismo una sensación de relax, lo que favorece la retención de líquidos en determinadas zonas del cuerpo, algo que contrasta con el efecto diurético que tiene este alimento. Esto solo ocurre si es consumida en grandes cantidades o cocida por ejemplo, pero también facilita la proliferación de gases, proporcionando una molesta sensación de hinchazón en muchas personas.
Aunque tiene muy pocas calorías, otro punto a tener en cuenta es que si se come demasiado puede provocarnos un descenso importante en los niveles de potasio, lo que hará que nos sintamos decaídos, suframos de debilidad muscular, dolores de estómago e incluso náuseas y vómitos.
¿Cómo poder contrarrestar los efectos?
Debemos masticar la lechuga bastante, ayudando a que el estómago no tenga que hacer mucho trabajo a la hora de hacer la digestión.
