La mermelada: receta, tipos, cómo incorporarla a tus platos y cuál elegir

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Si eres de l@s que no pueden empezar el día sin tu rebanada de pan con mermelada, probablemente te interesará saber qué es exactamente la mermelada y -sobre todo- cuánto engorda. Mermeladas en el mercado las hay a decenas: de diferentes sabores, light, sin azúcares añadidos… ¿cuáles son las mejores? ¿cómo puedes hacer tú una mermelada casera? ¿qué otros usos se le puede dar además del tradicional de desayuno?

1. Análisis nutricional

La mermelada se compone básicamente de fruta y azúcar. Surgió con la idea de poder conservar más tiempo la fruta, pues el azúcar es un conservante natural.  Y como sólo consta de azúcar y fruta sus niveles de grasa son nulos. ¿Significa eso que no engorda? No necesariamente.

La mermelada está constituida básicamente por hidratos de carbono, pero esos hidratos de carbono son azúcares, muy energéticos y calóricos. Aproximadamente, una mermelada común tiene 240 calorías por 100 gramos, pero nadie se toma la mermelada de 100 en 100 gramos así que tampoco hay que obsesionarse con eso.

2. ¿Qué mermelada debo elegir?

Podemos diferenciar entre tres tipos de mermeladas: la tradicional, la que usa fructosa, y la que no tiene azúcares añadidos.

La mermelada tradicional es la que usa azúcar común o sacarosa. Las hay de multitud de sabores, pero en general, todas usan la misma cantidad (más o menos) de azúcar. Esta mermelada no es mala por sí misma, pero no es recomendable para personas que estén cuidando su línea, o para quienes consumen mermelada diariamente.

La mermelada con fructosa sustituye el azúcar común por fructosa (que es el azúcar de la fruta).  Esta mermelada es apta para personas diabéticas (a diferencia de la mermelada tradicional), especialmente para diabéticos del tipo 1, ya que este tipo de azúcar se absorve rápidamente pero no eleva los niveles de glucosa en la sangre. Sin embargo, la fructosa contribuye a aumentar el nivel de triglicéridos, por lo que no es recomendable para personas que tengan este problema. Además, el aporte calórico es idéntico al de la mermelada tradicional, por lo que tampoco se recomienda a personas con sobrepeso.

La mermelada sin azúcares añadidos tiene un valor energético muy bajo, ya que usa sustitutos del azúcar como la sacarina o el aspartamo. Son ideales para personas que están a dieta.

¿Y qué ocurre con las mermeladas light? En principio las mermeladas light son aquellas que usan edulcorantes no energéticos,  como la sacarina o el aspartamo, pero no te fies del título de light sin leer antes la etiqueta con los ingredientes. Asesúrate de que no contiene ni azúcar ni fructosa. Las mermeladas con fructosa a veces llevan el nombre de «light», pero no son bajas en calorías.

3. Tipos de mermeladas y como aportarla a diferentes platos para dar un toque original

Las mermeladas se clasifican básicamente en función de la fruta que utilicen, y, cada vez, se extiende más su uso en platos de comida (y es que la mermelada no debe quedarse relegada solo al desayuno).

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  • Mermelada de frambuesa: es una de las mermeladas clásicas, ideal para galletas y para las tartas con base de hojaldre. La cocina moderna la utiliza diluida en agua como salsa para numerosas tartas.
  • Mermelada de melocotón: es otra de las mermeladas más tradicionales. Se usa básicamente en tostadas y en tartas.
  • Mermelada de naranja: es ideal para acompañar galletas y platos de carne. Se puede mezclar con otros cítricos como la lima, el limón o la mandarina con muy buenos resultados.
  • Mermelada de ciruela: resulta muy rica combinada con quesos frescos o requesón. También queda muy bien como guarnición de carnes (pato, foie), acompañada de especias.
  • Mermelada de manzana: para acompañar bizcochos y helados. Es ideal para combinar con yogur natural para dar lugar a un postre rico, simple y sano.
  • Mermelada de tomate: excelente para combinar con quesos, foie o atún a la plancha.
  • Mermelada de cebolla: original y deliciosa. Se usa como guarnición en todo tipo de platos.

En realidad, es posible hacer mermelada con cualquier otro tipo de fruta (kiwi, membrillo, piña, etc), el límite sólo está en tu imaginación.

4. Cómo hacer una mermelada casera y como embotellarla

  1. Necesitas 3/4 kg de azúcar por cada kg de fruta deshuesada.
  2. La fruta debe estar homogéneamente madura, pero aún en buena calidad.
  3. Cuece la fruta y el azúcar durante 45 minutos, sin dejar de remover.
  4. Cuando la mermelada esté pegajosa habrá terminado la cocción.
  5. Deja enfríar un poco la mermelada antes de embotellarla.
  6. Estereliza los botes de cristal hirviéndolos en agua limpia durante 30 minutos. Las tapas se esterilizan igual pero separadas de los botes.
  7. Vierte la mermelada poco a poco en el tarro de cristal. Hay que llenar el tarro hasta que la mermelada llegue justo al borde y límpialo bien para que las tapas se ajusten.
  8. Cierra el bote con la tapa aún caliente.
  9. Esteriliza el bote cerrado, sumérgiendolo en agua. Déjalo hervir unos 25 minutos.

¡Ya lo sabes todo sobre la mermelada! ¿Consumes mucha? ¿De qué forma la incoporas a tus platos?

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