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Comer sano y no sufrir ¿es posible?

Alimentarse saludablemente no implica una vida de restricciones. Nada más alejado de la realidad creer que comer poco es signo de buena dieta. La tendencia actual de mantener una buena figura y el excesivo culto a los cuerpos delgados confunde el concepto de una buena alimentación con una dieta basada en ingestas de bajas cantidades de calorías, pocos nutrientes para el cuerpo y muchas privaciones.

“Para una correcta nutrición es fundamental un estilo de vida saludable que comprenda una alimentación balanceada, acompañada por la práctica regular de actividad física”, comentó la licenciada en Nutrición Carina Peretti, del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).

Lejos del imaginario común en el que comer poco es signo de “una buena dieta”, uno de los pilares básicos de una alimentación saludable es realizar las cuatro comidas diarias: desayuno, almuerzo, merienda y cena.

“Es ideal que entre cada ingesta pasen entre tres y cinco horas para que el metabolismo se active y no genere más reservas grasas de las necesarias, por eso en algunos casos se necesitarán uno o dos tentempiés saludables: lácteos, descremados, vegetales o frutas”, detalló la especialista.

Otro hábito clave para una buena alimentación es consumir vegetales de colores durante el almuerzo y la cena, y de dos a cuatro frutas por día. De esta manera se cubren las vitaminas, minerales y antioxidantes, fundamentales para la salud externa (piel, pelo, etc.) e interna (como por ejemplo buena circulación), lo que a su vez ayuda a reducir o mantener un peso saludable.

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